El despegue de lo improbable: crónica de ascenso en peces voladores

 

Peces Voladores nace en abril de 2023 como una banda con cuatro integrantes, sin embargo, meses después el proyecto se reconfigura y queda formado definitivamente por Jorge Koke Pulgar (en la creación de las canciones, guitarras, teclados, bajo y voz) y Yuri Heredia (en primera guitarra y arreglos musicales), quienes deciden continuar bajo una nueva fórmula: mantener viva la creación musical desde lo que tienen, desplegando su experticia multi-instrumental y profundizando la autogestión musical. Con baterías programadas desde un teclado y un enfoque creativo que mezcla versatilidad técnica con una visión compartida, comenzaron a presentarse en vivo, encontrando soluciones prácticas para suplir los desafíos musicales para su puesta en escena.

La historia de ambos músicos se remonta al trabajo educativo. Se conocieron por proyectos entre escuelas rurales y un Colegio de Santiago en la zona interior del Valle del Aconcagua. Con una formación en pedagogía musical y una larga trayectoria tocando en bandas de covers, el vocalista cuenta que durante la pandemia se lanzó a grabar sus propias canciones, desde un home studio, con tiempo para aprender y desarrollar autonomía técnica. En este contexto, la afinidad musical con Yuri fue inmediata. Desde ya, compartían referentes como Pink Floyd, Eric Clapton, Bob Marley, Led Zeppelin, entre otros,  pero también una sensibilidad por el presente, por las canciones que  escuchan y comparten en sus encuentros cotidianos. Así surge un estilo que no pretende inventar la rueda, sino transformarla, reinterpretarla con matices propios, convirtiéndose en el sonido distintivo de la banda.

El repertorio inicial del grupo rescató canciones de proyectos anteriores, incluyendo temas que databan de 2005, como “Lagartijas”, y piezas de un EP grabado en 2002 que no llegó a circular masivamente. Esas primeras composiciones se convirtieron en la base para lo que hoy es Peces Voladores: un proyecto con identidad propia, forjado desde la experiencia, la reinvención y la sinergia creativa.

Desde octubre de 2023 comenzaron a grabar sus primeras maquetas en home studio. Frente al dilema de esperar por un estudio profesional o avanzar con lo que tenían, optaron por subir sus canciones a las plataformas con la calidad técnica disponible, privilegiando el movimiento por sobre la perfección. Ya han publicado diez temas, y trabajan constantemente en nuevas composiciones: más de 30 canciones están actualmente en carpeta.

La recepción no se ha hecho esperar. Sus temas han sonado en radios online y medios digitales, siendo destacados incluso como canción del mes en marzo en una radioemisora de la región, y mencionados en un suplemento del Barrio Bellavista como una de las bandas emergentes más prometedoras del país. Han ofrecido entrevistas en medios locales como radios y la televisión de Los Andes, realizando  presentaciones en espacios donde la música se cruza con el arte, como la galería Chicks Arts en San Felipe, Putaendo y Valparaíso.

¿Por qué Peces Voladores? El nombre no fue fácil de encontrar, pero surgió como metáfora de lo improbable: un pez que, en lugar de hundirse, sale a volar. Un símbolo de libertad, de contradicción posible, de resiliencia. La banda se reconoce en esa imagen, sobre todo considerando la ubicación geográfica: un valle mediterráneo, alejado del mar y de los grandes centros musicales, donde hacer arte parece ir a contracorriente. "A los peces voladores nadie les ha dicho que no pueden volar", señala el vocalista, y con esa misma lógica enfrentan el escenario nacional.

Aunque no se encasillan en un género  musical, reconocen que han sido identificados dentro del rock alternativo. Sus canciones abordan la transformación personal, lo cotidiano, el deseo de ser mejores seres humanos. Letras melancólicas, reflexivas, que dialogan con lo onírico y lo concreto. El rock alternativo les ofrece amplitud expresiva y comodidad para moverse dentro de un universo donde la forma no limita el fondo.

Actualmente proyectan grabar un EP profesional. Ya cuentan con las bases: el material está compuesto, solo falta el financiamiento para la producción, mezcla y masterización. También planean realizar una gira que los lleve fuera del país, con especial interés en grabar sesiones y presentarse en Buenos Aires, Argentina. Sin embargo, reconocen las dificultades que implica desarrollar una carrera musical desde regiones. La centralización de la industria hace que muchas bandas emergentes queden relegadas, sin acceso a circuitos de difusión ni apoyo financiero. "No estar en Santiago te aleja de la escena", afirman. El costo de moverse, de viajar, de sostener la música como proyecto estable, es alto. Aun así, invierten lo que tienen: buenos instrumentos, equipos, tiempo y energía. Yuri —como compañero de banda— también cree firmemente en el proyecto, y ambos han sostenido el trabajo desde sus propios recursos.


“En la música también hay familia y responsabilidades laborales”, dicen, reconociendo que muchas veces esta dedicación nace de la vocación más que de la retribución. Actúan de forma gratuita, por amor al oficio, con el deseo de posicionarse como una banda emergente sólida en el panorama nacional. Pese a las dificultades, ven oportunidades. Consideran que existe mucho talento en comunas como San Felipe o Putaendo, pero falta una red más articulada entre músicos. En lugar de competir, proponen colaborar y construir comunidad, para que todos y todas puedan avanzar. Saben que en Chile cuesta llegar arriba, pero están convencidos de que el arte se sostiene también con convicción.

Peces Voladores es eso: una propuesta que cruza la tierra con el cielo, lo íntimo con lo social, y las cadenas  con el vuelo. Una banda que tributa desde el valle, pero que sueña con sonar en todas partes.












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