Entre la Cámara y el Pincel: La versatilidad creadora de Felipe Marín Araya
La trayectoria de Felipe Marín Araya es reflejo de aquella inercia evolutiva a la cual se exponen artísticas que han decidido desde una motivación intrínseca, arriesgarse a sondear las inacabadas posibilidades de los medios y los estilos. Su naturaleza, a la vez cautelosa y decidida, lo ha llevado a establecer su taller como residente del Centro de artes y oficios Almendral “CIEM”. Allí, rodeado de lienzos y pinceles, se sumerge cada día en una amplia variedad de trazos y temáticas, convirtiendo la pintura en su principal fuente de expresión y sustento económico. Esta conexión directa con su entorno también se extiende a la manera en que interactúa con quienes visitan el centro. Ya sea como una práctica habitual para entablar conversación o como una forma modesta de compartir su mundo interior, Felipe ofrece a las personas la oportunidad de aproximarse a la pintura a través de una dialéctica que se establece entre el espectador y el artista.
La carrera artística de Felipe tuvo su raíz en los juegos fotográficos desplegados desde su adolescencia. Aquí, la fascinación por capturar imágenes de nubes en cámara rápida y la distorsión de la perspectiva se convirtieron en los primeros experimentos visuales que marcarían un devenir fluido en el universo de sus posibilidades creativas.
El inicio de su exploración visual lo llevó, posteriormente, a estudiar cine en la Universidad de Chile (2016), donde su experiencia académica estuvo marcada por tensiones y desafíos. Aunque esa etapa resultó fructífera, con el desarrollo de diversos proyectos personales dentro de la universidad, la rigidez de la malla curricular y la sobrecarga de exigencias creativas lo llevaron a un punto de estancamiento y crisis. Convalidó algunos ramos y logró finalizar la carrera en la Escuela de Cine de Chile en 2019. Sin embargo, en los últimos momentos de su formación, su trayectoria sufrió un giro fundamental, impulsado por un contexto nacional que sumió al país en una paralización masiva: el Estallido Social.
Para Felipe, el Estallido Social fue una huella indeleble en su arte. La conmoción política y social se reflejó de manera directa en su trabajo fotográfico, impulsándolo a capturar los intensos momentos de las protestas que recorrían las calles de Santiago. Su cámara, lejos de limitarse a ser un simple instrumento de registro, se convirtió en una herramienta para interpretar visualmente el conflicto, imbuyéndolo de una semiótica orgánica que trascendía la mera documentación, hacia un posicionamiento político real y concreto de empatía colectiva. Así, durante los 140 días de protestas, Felipe se sumergió en el epicentro de la acción, registrando momentos de profunda violencia y resistencia.
En este contexto que se agudizó con la proliferación mediática de las redes sociales, a través de su anterior cuenta de Instagram, las fotografías de Felipe llegaron a miles de personas, ganando rápidamente viralidad. No obstante, su trabajo no estuvo exento de controversia. Las críticas y amenazas provenientes de sectores diversos tardaron en surgir, sumergiéndolo en un ambiente hostil tanto en el mundo del arte como en su vida personal. A pesar de las disputas, Felipe perseveró en su labor, y sus imágenes encontraron su espacio en importantes exposiciones, como en el Museo de la Memoria y el Palacio Vergara (14 de octubre 2021 en M. Memoria y Palacio Vergara el 4 de mayo del 2022 ).
Con la transición del estallido Social a la pandemia, Felipe también encontró nuevas formas de interactuar con el arte. Fue en este periodo de aislamiento y cambio cuando, en un pequeño centro comercial, descubrió el impulso necesario para comenzar a pintar: “La compra de materiales sencillos marcó mi primer paso hacia una nueva pasión”, y desde enero de 2021, el contacto del pincel con la tela transformó la pintura en su principal medio de expresión.
Autodidacta en el campo de la pintura, Felipe comenzó a tomar clases en línea con Pedro Retamal , pintor sureño y, poco a poco, se sumergió de lleno en el universo pictórico. Hoy en día, la pintura se ha convertido en su principal fuente de trabajo, y en sus obras se encuentran referencias al patrimonio, el futurismo, la fantasía oscura, lo religioso y la distopía. Influenciado por su formación cinematográfica, Marín busca integrar elementos como la luz, el color y el movimiento en sus cuadros, creando escenas visuales repletas de simbolismo y profundidad.
Actualmente, Felipe sigue trabajando en su taller en San Felipe, donde también lleva a cabo residencias artísticas que le permiten compartir su arte con la comunidad local y ofrecer su espacio creativo a otros artistas. Para él, el valle es un lugar lleno de creatividad e inspiración, un refugio para muchos artistas, pero “los recursos limitados y la escasez de exposiciones dificultan el desarrollo del arte local. A pesar del talento que abunda en la zona, muchos artistas dependen de ingresos externos para sobrevivir, lo que restringe sus oportunidades de crecimiento y expansión”. Así, el valle se convierte en un espacio de resistencia y perseverancia, donde la creatividad lucha por florecer en medio de las adversidades.
Artículo escrito por Equipo Valle Abstracto.
Contacto Instagram: delirios_del_fuego
Para Nota Inaguración Exposición
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