Poesía, memoria y cambio: el mundo literario de Paulina Molin


Paulina Molina es escritora y psicóloga comunitaria, nacida en la ciudad de San Felipe. Actualmente residente en Viña del Mar por motivos laborales. Su trabajo se enfoca en rescatar la memoria local y abordar las problemáticas y necesidades de las personas dentro de contextos sociales definidos por el territorio. 


Para ella, el concepto de territorio es fundamental, ya que trasciende su experiencia profesional y personal, proyectando la necesidad de un cambio social basado en los anhelos de justicia y empoderamiento. Este enfoque es particularmente relevante en una ciudad costera marcada por la fragmentación de su geografía urbana. Como ella misma señala, “la gente de los cerros dice que viaja a Viña, estando en la misma ciudad”, una frase que ilustra la desconexión y el distanciamiento que caracterizan la experiencia urbana, la legitimidad de los territorios, y la distancia entre las clases acomodadas y los barrios periféricos.

Paulina nació entre letras, en un hogar modesto del Valle del Aconcagua, donde su pasión por la escritura se vio profundamente influenciada por su abuelo, un hombre dedicado a la carpintería que, mientras trabajaba, plasmaba poesía en hojas sueltas y le leía durante sus ratos libres. En este entorno familiar, Paulina comenzó a escribir, guiada por la imitación de su abuelo, desarrollando una poética la vida cotidiana que, en su infancia, giraba en torno a temas como las mascotas y las familias, y que, en su adolescencia, se transformó en una reflexión más profunda sobre sus primeros amores.

Sin embargo, un momento crucial en su vida fue la elección de su futuro profesional. Las condiciones materiales de su hogar la llevaron a tomar la decisión de estudiar una carrera que le asegurara estabilidad económica, lo que la obligó a dejar de lado su sueño de estudiar literatura. A pesar de la aparente certeza de esta elección, las dudas sobre su verdadera vocación la acompañaron a lo largo de su formación. Fue solo en la última etapa de sus estudios cuando descubrió la terapia narrativa, una disciplina que le permitió reconciliar su pasión literaria con su trabajo profesional. Esta conexión estableció un vínculo esencial entre ambas, convirtiéndola en una piedra angular de su práctica y pensamiento. 

Su primera obra fue incluida en la antología Imaginaria, publicada en 2022, que reúne a diez escritoras del Valle del Aconcagua. Aunque esta publicación colectiva reflejaba un sentimiento común de empatía y admiración entre sus compañeras, Paulina aún se sentía distante del concepto de "poeta". Como ella misma ha expresado: "No sabía cómo decir que era escritora, no sentía que estaba validada por alguien o por una institución”.

Esta sensación de des-validación persistió hasta la publicación de su segunda obra en el presente año (2025), Escritos sobre el mar, que marcó un punto de inflexión en su carrera. Este poemario ilustrado, fruto de una gestión colaborativa, es el resultado de una madurez y convicción renovadas que transformaron la forma en que Paulina expone sus escritos al público. Ahora, abierta a las críticas y a nuevas lecturas, su obra invita a una reflexión colectiva sobre su experiencia en la costa marina. Temas como la muerte, el amor y la metáfora de las aves migratorias, que se adaptan a un nuevo entorno, son recurrentes en este libro, explorados con precisión lírica y elocuencia.

Aunque Paulina ha vivido en otras ciudades, nunca ha dejado el Valle. Para ella, este lugar es un hogar que fusiona su gente, su cultura y su geografía de una manera única, marcada por una profunda conexión emocional. Los recuerdos la acompañan en sus viajes esporádicos al valle, especialmente cuando el bus toma el viraje hacia el interior del Aconcagua, evocando memorias de su infancia: el arte, las caminatas nocturnas, las guitarras y los adultos mayores de las poblaciones. 

Sin embargo, al regresar a la costa, se enfrenta a una constante preocupación por los cambios que afectan su territorio. Los problemas de la sequía, la deforestación y el extractivismo, que amenazan la zona, son temas que la inquietan profundamente. Sabe que debe abordarlos: "La poesía también sirve para denunciar, poner el tema sobre la mesa. No soy ambientalista tradicional, pero creo que la escritura que estoy construyendo ahora permite poner un granito de arena para proteger mi hogar". Así, en un mundo donde el territorio, la memoria y la palabra se entrelazan, Paulina continúa escribiendo, no solo para darle voz a su hogar, sino para recordarnos que la poesía, como el viento que acaricia las costas, tiene el poder de volar como un ave migratoria dispuesta a transformar la realidad.

                                                                                                             Articulo escrito por Juan Robles

Contacto de instagram:@minombrerima


Comentarios

  1. Excelente artículo, muchas gracias a Paulina por plasmar en sus palabras el amor por el valle del Aconcagua y por poner a nuestra disposición tan lindos poemas.

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